PONEN EN MARCHA UN PROYECTO QUE BUSCA OBTENER VARIEDADES DE LECHUGA MÁS RESISTENTES A LA SEQUÍA
El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) ha
iniciado el proyecto “¿Se ponen coloradas las lechugas cuando tienen sed?”, que
pertenece a la convocatoria 2022 “Proyectos Generación de Conocimiento” del
Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023 del
Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación y el
Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Con los cambios cada vez más patentes en el clima a escala planetaria, son
muchos los retos a los que se enfrentan los cultivos y, por tanto, los
mejoradores, entre los que se encuentran: sequías, inundaciones, incremento en
las temperaturas (diurnas y nocturnas), emergencia de nuevas plagas y
enfermedades, aumento de la presión por malas hierbas, prolongación o
acortamiento de las temporadas de crecimiento (dependiendo del cultivo y la
zona).
Esta investigación se centra en el estudio de la acumulación de
antocianinas en plantas de lechuga sujetas a estrés por sequía, que en el
futuro podría ayudar a mejorar dos de las principales debilidades de este
cultivo: su bajo contenido de compuestos bioactivos y su baja tolerancia a la
sequía.
A lo largo de los años, las variedades de lechuga se han ido mejorando,
principalmente para aumentar la producción y también para introducir
resistencia a diversas enfermedades. Esto ha dado como resultado, en la mayoría
de los casos, variedades comerciales homogéneas y nutricionalmente pobres. Sin
embargo, las variedades locales y tradicionales, apenas tenidas en cuenta en
los programas de mejora, son recursos clave ya que conservan fitoquímicos
frecuentemente eliminados en las variedades comerciales y también albergan una
gran variabilidad genética.
En cuanto al contenido de compuestos beneficiosos para la salud, hasta la
fecha existen varios casos de lechugas enriquecidas, concretamente en calcio y
en vitamina C. Sin embargo, son organismos modificados genéticamente, lo que
conlleva muchas dificultades a la hora de su comercialización, especialmente en
Europa. Este estudio, por el contrario, pretende aprovechar los mecanismos
endógenos que la planta despliega para tolerar la sequía para aumentar su
contenido en antocianinas.
Por ello, este proyecto se abordará desde un enfoque multidisciplinar. En
una primera etapa se realizará una evaluación bioquímica de los recursos
fitogenéticos (cuantificación de antocianinas y evaluación de su bioactividad).
Después, se realizarán estudios transcriptómicos (expresión de genes
inducidos bajo estrés hídrico) y genómicos (búsqueda de polimorfismos en genes
candidatos). Finalmente, el objetivo a largo plazo sería obtener variedades más
resilientes a la sequía, cuyo cultivo también sería más sostenible, y que
además están enriquecidas en compuestos bioactivos como las antocianinas.
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