LA REGIÓN REGISTRA SEIS NUEVAS VARIEDADES DE UVA DE VINIFICACIÓN DE GRAN CALIDAD Y MEJOR ADAPTADAS AL CAMBIO CLIMÁTICO
Proceden de la Monastrell y se caracterizan por su
gran calidad, pues cuadriplican la cantidad de fenoles, lo que les confiere
unas cualidades sensoriales diferentes con un intenso sabor y cuerpo. Tienen
distintas fechas de vendimia, facilitando el trabajo de los viticultores que pueden
escalar el trabajo y de elaboración en bodega
El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y
Medioambiental (Imida), dependiente de la Consejería de Agua, Agricultura,
Ganadería y Pesca, ha registrado seis nuevas variedades de uva de
vinificación procedentes de la Monastrell, cinco tintas y una blanca, más
resistentes al cambio climático y de una gran calidad, pues cuadriplican la
cantidad de fenoles.
El consejero en funciones de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio
Luengo, destacó que “este proceso desarrollado por los investigadores del
Imida, que ha durado 23 años, supone un hito, pues es el primer centro de
investigación de España que lo logra”.
El titular en funciones de Agricultura aseguró que “estas nuevas variedades
son una herramienta más para que los viticultores, puedan hacer frente a las
consecuencias del cambio climático, con unos tipos de uva que se adaptan mejor
a las altas temperaturas de nuestra zona”.
Las variedades tintas registradas se caracterizan por tener una mayor
calidad fenólica, lo que implica una mayor calidad de los vinos y les confiere
unas cualidades sensoriales diferentes con un intenso sabor y cuerpo, muy
equilibrado. Una de ellas permite además la elaboración de vino con menor graduación
alcohólica. Por su parte, la nueva variedad blanca se caracteriza por su
calidad aromática, acidez y frescura.
El equipo de Enología y Viticultura, liderado por Rocío Gil Muñoz, trabaja
con el sector, puesto que se ha colaborado con bodegas de las tres
denominaciones de origen, que ya las tienen plantadas a nivel
experimental.
También se están llevando a cabo, en colaboración con el equipo de Mejora
Genética, dirigido por Leonor Ruiz García, la selección de nuevas variedades
siguiendo otros objetivos como son el que sean resistentes a estreses bióticos
como son oidio y mildiu o abióticos como son la sequía, o la obtención de
nuevas variedades sin semilla que darán lugar a vinos de menor graduación
alcohólica.
En definitiva, estas nuevas variedades están adaptadas al nuevo escenario
climático, al mismo tiempo que permitirán llevar a cabo una viticultura más
sostenible y adaptada a los gustos actuales de los consumidores.
Las parcelas experimentales donde se obtienen y analizan las nuevas
variedades están ubicadas en la finca experimental Hacienda Nueva, en el
municipio de Cehegín.
El Imida dispone de una bodega experimental, ubicada en Jumilla, creada en
1987 para elaborar vinos a partir de las nuevas variedades de uvas. Sus
instalaciones cuentan con toda la infraestructura necesaria para la elaboración
del vino: equipo de frío, depósitos de acero inoxidable de diferente capacidad,
sótano para crianza, cámaras isotermas, prensas neumáticas, despalilladora y
estrujadora con bomba de vendimia. Aquí se llevan a cabo diversos proyectos de
investigación y se elaboran los vinos.
Además, el Imida cuenta con un servicio para realizar controles sanitarios
de la vid, lo que contribuye a garantizar la producción y calidad del vino.
Este servicio, el único de España autorizado por el Ministerio de Agricultura,
ha evaluado hasta la fecha unas 5.400 plantas procedentes de viñedos de todo el
país.
Luengo destacó que “este servicio contribuye a garantizar el éxito de la
producción de los viticultores, pues al adquirir las plantas certificadas
libres de virus en viveros, se aseguran que la importante inversión de dinero y
tiempo que realizan para la producción de uva, tanto de mesa como para vino,
tendrá éxito, pues la vid suele tardar hasta cuatro años desde que se planta
hasta que da una producción aceptable”.
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