JOSÉ GARCÍA-CARRIÓN ES EL NUEVO ADMINISTRADOR ÚNICO DE LA EMPRESA
García-Carrión, la firma
vinícola de origen jumillano propietaria de marcas como Don Simón o Pata Negra, ha
realizado un nuevo cambio en su órgano de gestión. La compañía ha disuelto su consejo de
administración para quedar en manos del actual cabeza de
familia, José
García-Carrión Jordán, en calidad de administrador único de la empresa
principal del grupo.
El consejo de
administración, compuesto en su totalidad por los miembros de la familia, fue
disuelto oficialmente el 7 de agosto, tal y como publicó el Boletín Oficial del
Registro Mercantil. No obstante, este
movimiento fue aprobado en la Junta General Ordinaria de Accionistas que
tuvo lugar el pasado 26 de junio, donde también se dio el visto bueno a las
cuentas anuales individuales y al informe de gestión de la sociedad, así como a
la gestión durante el ejercicio 2022.
El consejo de
administración estaba formado por el propio José García-Carrión como
presidente, Rafaela
Corujo como vicepresidenta primera y Luciano García-Carrión, hijo
de ambos y quinta generación de la saga familiar, como vicepresidente segundo.
José García
Carrión se mantiene como principal encargado de la dirección de la compañía
desde mayo del 2022, cuando Rami Aboukhair, fichado
tan solo tres meses atrás, abandonó
su puesto como CEO tras
mantener discrepancias por la gestión. La empresa jumillana volvió entonces a
ser dirigida
en su totalidad por la familia propietaria, con el presidente como primer ejecutivo
de la firma.
Cuarta generación
de la familia, José
García Carrión se incorporó a la empresa jumillana con 19 años, en 1968.
Desde entonces, la sociedad nacida en 1890 ha aumentado considerablemente su
tamaño hasta consolidarse como la tercera
empresa más grande de la Región por volumen de ventas.
El 2021, último
año del que existen registros publicados, resultó un año especialmente positivo
que permitió un crecimiento del 10% y aupó sus resultados hasta los 941 millones de euros frente
a los 854 millones con los que cerró el ejercicio de 2020. De esta forma, logró
un beneficio de 45 millones, tres veces más que el año anterior.
Además del cambio
en el órgano de gestión, García-Carrión también ha experimentado modificaciones
en su estructura en los últimos meses, pues anunció en febrero de este año la
disolución por absorción de ocho de sus filiales para
concentrar el negocio en un menor número de sociedades y, de esta forma,
agilizar la gestión.
En consecuencia,
han desaparecido las empresas afincadas en Jumilla J. García Carrión Energy,
Bodegas 1890 SA, la catalana Bodegas Jaume Serra, la castellanoleonesa Viña
Arnaiz, las vascas Bodegas Marqués de Carrión y Bodegas y Viñedos Marqués de
Carrión, la andaluza Cítricos del Andévalo y la manchega J. García Carrión La
Mancha.
A este
movimiento se
sumará próximamente Desarrollos Alimentarios Frescos Industrial SL, la
compañía valenciana adquirida
en 2016 por cerca de 20 millones que correrá la misma suerte que sus
hermanas tras depositarse el proyecto de fusión para su estudio. La sociedad
beneficiaria, al igual que en los anteriores casos, es García Carrión 1890
SL.
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