Los agricultores que quemen restos agrícolas se enfrentan a multas millonarias
El Ministerio reconoce por primera vez en la nueva ley de residuos que la incineración de restos vegetales supone un riesgo para la salud humana y el medio ambiente y solo admite esta práctica si existen plagas en los cultivos.
Las quemas agrícolas en el campo han pasado de ser una práctica
tradicional en la gestión de los restos de podas a un problema medioambiental.
El Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la nueva ley de
residuos y suelos contaminados, reconoce por primera vez en la legislación
estatal que las quemas agrícolas suponen un riesgo para el medio ambiente y la
salud humana. De esta forma, el Gobierno central ha decidido clarificar mejor
la legalidad de esta práctica y señala que «la quema de residuos vegetales
generados en el entorno agrario o silvícola» está prohibida con carácter
general.
La incineración de las podas ha pasado hasta ahora por una
ambigüedad legislativa que ha ocasionado problemas en la Región de Murcia. La
ley solo permitirá la quema «con carácter excepcional, y siempre y cuando
cuenten con la correspondiente autorización individualizada que permita dicha
quema, por razones de carácter fitosanitario que no sea posible abordar con
otro tipo de tratamiento». A su vez, permitiría también la eliminación con
fuego de estos restos en «entornos silvícolas, con el objeto de prevenir los
incendios forestales cuando no pueda accederse para su retirada y posterior
gestión»
Ahora, la nueva ley
considera como una ‘infracción muy grave’ realizar este tipo de prácticas, y
estará penado con entre 100.000 euros y hasta 3,5 millones de euros.
Hasta ahora, la Región de Murcia se rige por una orden de la
Comunidad de principios del pasado año en la que ponía coto a las quemas salvo
si existía una plaga y la incineración era el único modo de acabar con este
riesgo fitosanitario. Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente
consideran que dicha orden es coherente con lo dispuesto en la ley, ya que
precisamente también regula la autorización individual que debe recibir cada
agricultor si quiere quemar por problemas con un insecto o una enfermedad de la
planta.
Al considerar los restos vegetales como un residuo, la ley
obliga a seguir una jerarquía concreta en la gestión de las podas, priorizando
el reciclaje (triturar y usar las astillas como compost).
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