La concejalía de Bienestar Animal recuerda el peligro de la procesionaria para los animales domésticos
Con que solo se acerquen los animales para olisquearlas les
lanzan sus espinas con un tóxico muy irritante que hace que la cara y la lengua
sufran una reacción muy dolorosa.
Si un perro entra en contacto con las orugas el animal
presentará una salivación excesiva, se frotará la cara, la lengua se hinchará
y, si no se establece rápidamente el tratamiento, puede producirse una necrosis
de la parte afectada que puede acabar incluso en la pérdida de la parte del cuerpo
afectada. La ingesta de esta oruga puede ocasionar la muerte del animal.
Como primera medida, lo que hay que hacer es lavarles la boca
con agua, mejor si es caliente, pero sin frotar, ya que favoreceremos que las espinas
se claven más. Es importante acudir con rapidez al veterinario.
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