El jueves pasado acudí a una cata de vinos de Bodegas Alceño en Gandía. Fue en el restaurante Alquimia, junto al palacio del los Borja. En un entorno casi medieval con la arquitectura y plazas que rememoraba esa época. Muy limpio y muy vivo. Disfrutando de la vista pese al frío que hacía y la hora, las nueve de la noche.
La cata degustación, estaba prevista para las nueve y media, pero entré antes y me sorprendió el ambiente. Cálido y con gente muy alegre y cordial. La decoración era muy llamativa ya que mezclaba una parte contemporánea con detalles rurales como las cuerdas y tela ocre como estores, o las lámparas de maroma anudada por su vertiente marina, mesas y sillas de madera y una vajilla acorde a la decoración.
La degustación comenzaba con patatas chips y almendras. Dos cuencos con patatas fritas y almendras tostadas tipo Marcona. Para estrenar el aperitivo se optó por el muy apreciado Rosado Brut Nature Monastrell. Especialmente tengo una gran debilidad por esta joya. A la vista vemos un color rosa pálido, brillante y con una burbuja fina y muy persistente. En nariz encontramos frutas rojas con toque de flores silvestres y algo de bollería. En la boca es fresco, equilibrado y muy redondo con un largo postgusto con el recuerdo de las frutas rojas.
El segundo vino era Alceño Sauvignon Blanc Fermentado en Barrica 2020. Se trata de un vino de gran intensidad aromática con recuerdos de frutas tropicales, flores y algunas notas de frutos secos sobre un ligero fondo tostado de su fermentación en barrica.
Acompañaba a una "Sorpresa de Gamba con Romescu". El plato consistía en una gamba blanca envuelta en hoja de pasta filo con una salsa romesco en su base. Una tapa muy apropiada para este vino.

El tercer vino fue tinto Alceño Selección Crianza 2017. Un clásico, responde a una línea de vino procedente de la selección de las mejores uvas, Monastrell, Syrah, Tempranillo y Garnacha tintorera. Capa alta, rojo granate con borde morado, en nariz destacan las especias , torrefactos y balsámicos y con un toque de monte mediterráneo, en boca es redondo, amplio muy buena estructura y un postgusto muy largo y agradable.
En esta ocasión, el maridaje estaba exquisito. Se trataba de una tostadita de hojaldre, con pato y queso crema trufado.
El cuarto vino fue Alceño Premium 50 Barricas 2020. Diferente y moderno, responde a una línea de vinos de “alta expresión” de “autor”, procedentes del coupage de las uvas seleccionadas de Syrah con un toque de Monastrell. Perfecto equilibrio entre aromas afrutados y de madera de roble nuevo. Capa muy alta, rojo purpura, casi morado. En nariz destacan la vainilla, las violetas, frutas rojas y torrefactos, en boca es muy redondo con muy buena acidez y un prolongado e intenso postgusto.

El maridaje resultó perfecto, se trataba de Bacalao con puré de calabaza y mousse de berenjena.
El quinto fue Inédita de Alceño 02 2015 . Un conjunto de pequeñas historias embotelladas, unas ediciones limitadas y únicas. Syrah de las parcelas de secano en Covanegra y la cañada de Albatana y rodeada de monte bajo. Rojo granate con capa alta, manteniendo borde ligeramente morado. En nariz está lleno de detalles y matices en el que las notas de la crianza, especias y balsámicos se integran a la perfección con los recuerdos minerales y de la fruta negra, madura. Postgusto muy agradable.
El maridaje consistía en Secreto Ibérico confitado con crujiente de boniato. Estaba rico y maridaba muy bien, quizás el mejor de todos los maridajes.
Y por último nos ofrecieron el Dulce Monastrell de Alceño 2017. Este vino se resume en una sola palabra, distinción. A la vista presenta una capa muy alta con un borde rubí, en nariz destacan las notas de pasas, higos secos y futas confitadas, en boca es muy amplio donde las sensaciones tanino acidez y azúcar se unen en perfecto equilibrio, ofreciendo un largo sabor de boca con un final agradable y muy persistente.
Acompañaba en esta ocasión un Brownie de chocolate sobre cama de crema. Un postre perfecto para un final perfecto.
El servicio muy bueno y atentos. La cata en general fue sobresaliente, el ambiente era genial y los platos muy buenos.
Rafa Benítez
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