El Carche uno de los más importantes Lugares de Interés Geológico de España
El Instituto Geológico Minero de España (IGME-CSIC), ha celebrado el décimo Congreso de la Asociación Europea para la Conservación del Patrimonio Geológico, en el que han participado 400 personas de 58 países. La entidad, que trasciende desde este último encuentro su ámbito continental para extenderse por el mundo, tiene como objetivos la defensa de la memoria de la Tierra y el conocimiento que aporta, promover su conservación y facilitar que se convierta en un recurso turístico sostenible, científico y de conocimiento. “Es necesario identificar, valorar, preservar y divulgar aquellos lugares que posean un elevado valor geológico”, afirma la organización del encuentro.
Dice Ana María Alonso, directora del (IGME-CSIC), que toda nuestra vida
“depende de la tierra, del suelo, de lo que hay bajo los pies”. Si
despojáramos de minerales los bienes más habituales, su existencia sería
imposible. La Tierra es consustancial a la vida y con el tiempo va dejando
testimonios de su pasado y advertencias sobre el futuro y así lo resume:
“Nuestro patrimonio geológico es fundamental y, en caso de grave deterioro,
es irreversible. No se puede recuperar su ADN para reproducirlo en un
laboratorio”.
El Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG) recoge 4.042
espacios en los que se puede leer la historia del planeta, aunque están
excluidos los más vulnerables por razones de conservación, como los
yacimientos paleontológicos y minerales de valor que pueden ser expoliados.
La geóloga señala 10 de estos lugares de interés científico y turístico
creadas por la Tierra en España. Uno de ellos es la Sucesión cretácica y
paleógena de la Sierra del Carche en Jumilla. En esta zona se pueden leer
páginas de más de 80 millones de años de la historia geológica de España,
cuando el mundo tenía un escenario como el que podría generar el
calentamiento global: sin casquetes polares. Es uno de los mejores registros
de la evolución de la Tierra desde el Barremiense superior (125 millones de
años) hasta el Cenomaniense inferior (100 millones de años) y desde el
Santoniense superior (83,6 millones de años) hasta el Mioceno (23 millones de
años). Sus fósiles de microorganismos marinos (como los foraminíferos
bentónicos y planctónicos y los rudistas, unos moluscos ya extinguidos)
permiten conocer estas edades de la Tierra y la Murcia sumergida del
Cretácico, cuando estas zonas eran plataformas carbonatadas.
Los otros nueve lugares son: Yacimiento paleontológico de Fonelas P-
1 (Granada), Edificio del Teide (Tenerife), Mineralización de mercurio de
Almadén y cuarcita armoricana de la Virgen del Castillo (Ciudad Real),
Estratotipo de límite Toarciense-Aaleniense de Fuentelsaz (Guadalajara),
Paleoceno y Global Stratotype Section and Points GSSP de Zumaia (Gipuzkoa),
Estructuras alpinas en la serie mesozoica de Aliaga (Teruel), Yacimientos del Jurásico-Cretácico de Galve (Teruel), Límite Cretácico/Paleógeno y
Paleoceno/Eoceno del barranco del Gredero en Caravaca (Murcia) y Glaciar y
morrenas de Monte Perdido (Huesca).
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