Inquietud en las organizaciones agrarias de la Región ante la situación de la campaña de vendimia
Con
la campaña empezada, los viticultores, comprueban afligidos que los precios que
se están estableciendo, como referencia para el pago de la uva de DOP, no solo
están muy por debajo de los de la campaña anterior, sino que además no cubren
los costes de producción de las explotaciones agrícolas. Es por esto que la preocupación
y la incertidumbre está haciendo mella entre los viticultores que asisten
impotentes una vez más a un escenario catastrófico, apuntan las organizaciones
agrarias.
En
nuestra zona en particular, llueve sobre mojado ya que venimos arrastrando campañas
anteriores muy al límite de la rentabilidad de las explotaciones vitícolas. Esto
puede ser la puntilla del sector en la Región con unas consecuencias graves
económicas, sociales y medioambientales en nuestra comarca.
Las
bodegas del sector se escudan en que la situación del mercado actual les impide
dar solución a las reivindicaciones de los agricultores y únicamente han
expresado su intención de hacer el máximo esfuerzo posible a la hora de comprar
la uva, pero siempre hablando de producciones de una muy alta calidad y en
ningún caso valorando económicamente dicho esfuerzo. Es por esto que creemos,
señalan los agricultores, que estas subidas en ningún caso serán suficientes
para paliar mínimamente la grave situación que sufrimos actualmente.
Esto
es una enorme contradicción, señalan las organizaciones, dado que con esta
situación de precios únicamente pueden llegar a ser rentables las explotaciones
que se basen en un modelo de volumen y no de calidad, lo que está provocando
que se vayan perdiendo año tras año las plantaciones de alta calidad basadas
sobre todo en producciones de secano y de muy bajos rendimientos. Estás
plantaciones de calidad están desapareciendo a razón de mil hectáreas por año.
Es
por ello, que a un viticultor le interesa más producir a volumen uva de mesa
fuera del amparo de la DO ya que la diferencia de precios de referencia entre
ambas es mínima, sin llegar ni tan siquiera al 25% de diferencia.
Los
agricultores piden a las administraciones dentro de sus competencias, no dejen
desamparado al sector y lo apoyen con todas las medidas necesarias que estén a
su alcance. No es solo un sector productivo sino el modo de vida de una
Comarca.
Apuntan
directamente al Ministerio de Agricultura ya que los contratos homologados y la
Ley de la Cadena Alimentaria, modificados tras las movilizaciones de febrero no
protegen la cadena de valor, mientras no se publiquen estos costes de
referencia, que ya existen y obliga a los viticultores a vender por debajo de
su coste de producción para poder salvar algo de sus cosechas.
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