EL CENTRO DE SERVICIOS SOCIALES DE JUMILLA CUMPLE 30 AÑOS DE ATENCIÓN A PERSONAS EN SITUACIÓN DE NECESIDAD
Martes
05/05/2020 Redacción Cope Jumilla
El Centro de Servicios Sociales cumplía este pasado sábado tres décadas de atención a
personas en situación de necesidad o riesgo de exclusión social en el
municipio. 30 años de tramitación de recursos sociales que lo han convertido en
un servicio esencial para la ciudadanía durante todo este periodo. Un
aniversario que se conmemora precisamente en unas fechas en las que el trabajo
de esta área del Ayuntamiento vive uno de sus momentos de mayor necesidad, ante
la alerta sanitaria provocada por el coronavirus. Ayudas cuadriplicadas y
esfuerzo máximo del personal para superar la crisis.
El 2 de mayo de 1990 se crea la
Mancomunidad de Servicios Sociales del Altiplano, compuesto por Servicios del
Ayuntamiento de Yecla y Jumilla, trabajando en Jumilla desde el edificio del
Pósito. En Jumilla se pone en marcha con tres trabajadores sociales, una
psicóloga, un asesor jurídico, una auxiliar administrativa y ocho auxiliares
del Servicio de Ayuda a Domicilio.
Al año siguiente se crean dos centros
independientes, uno en cada municipio. El de Jumilla se traslada a la antigua
Casa de Socorro, detrás del Centro de Especialidades para pasar en 1995 al
edificio municipal de la calle Ramón y Cajal. En marzo de 2011 se inaugura el
actual edificio de cinco plantas y con más de 1.000 metros cuadrados útiles, en
calle Albano Martínez.
Además de los cambios de sede, otros
momentos clave para el Centro de
Servicios Sociales de Jumilla llegan en 2008, cuando se incluye a las
prestaciones de atención primaria el Programa de Acompañamiento para la
Inclusión Social con dos trabajadoras sociales; o en 2011, con el refuerzo de
profesionales para la Atención de la Dependencia.
Durante estos 30 años ha sido la puerta
de entrada de toda la atención en materia social que los jumillanos han
planteado. En este tiempo han pasado por el servicio cerca de 300 profesionales
de diferentes ámbitos y categorías, teniéndose que adaptar y en ocasiones
reinventarse para dar respuesta a múltiples demandas como los cambios
poblacionales por el aumento de la inmigración, a la situación precaria
económica y laboral de las familias, los recortes presupuestarios en ayudas y
prestaciones sociales de ámbito regional, la sobrecarga familiar para atender a
parados sin subsidio, personas mayores, con minusvalía o enfermedad mental, así
como el aumento de la derivación de diferentes gestiones sanitarias, judiciales
o de dependencia.
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